jueves, 3 de noviembre de 2011

EL DISFRAZ DE WARHOL

Había comenzado la metamorfosis. Ivan Karp estaba de camino y no podía encontrar en el tocadiscos a Tosca, no hubiera sido muy razonable que  el llamativo artista escuchara ópera. Andy, colocó el disco que siempre tenía a mano para ocasiones como aquella. Sonaba a un rock descafeinado y sin fuerza pero los quinceañeros enloquecían con aquella música y eso era lo importante.
Observé fascinado cómo se desvestía. Desabrochaba los botones de su inmaculada camisa y con mucho mimo la doblaba para guardarla. Era su ritual.  Abría un cajón, extraía un jersey negro con el cuello muy alto, y se lo ponía. Tenía decenas, todos iguales. Con satisfacción, sabiendo lo que encontraría, caminaba hacia el espejo.
Una vez complacido su ego, buscaba mi aprobación como refuerzo. Yo como siempre, asentía con la cabeza, él sonriente, continuaba con el disfraz.
Había encontrado un chicle y lo masticaba con energía. Era vital que Ivan le viera hacer grandes globos con aquella horrible la goma de mascar. Peinaba su cabello de forma meticulosa para que pareciera que había sufrido un cortocircuito. El rubio, que aún no platino, flequillo debía convertirse en una explosión.
Sus zapatos era lo único que nunca tenía que cambiar, vulgares hasta el hastío, encajaban perfectamente en su nueva imagen, la del Andrew Warhola de mercadillo, el que pasaría a la historia.
—Tranquilo Andy, puedes dejarlo, ya tienes el aspecto de un adolescente extravagante y ordinario  —le dije dándole una palmadita en el hombro.

Según el crítico de arte David Bourdon en la década de los sesenta el gran Andy Warhol cambió radicalmente su estilo artístico y personal. Hasta entonces, era un esnob más con un abono anual para la ópera. Siempre perfectamente vestido y tan culto y refinado como cualquiera que quería abrirse un hueco en la clase alta neoyorkina. El problema era que para deslumbrar a aquellos estirados, debía comportarse de una forma totalmente opuesta: Transgredir, crear sorpresa e incluso rechazo.
Andy, hábil negociante y mejor gestor, consiguió su inspiración en los supermercados, en la sopa Campbell, en las cajas de Brillo y en la Coca-Cola. Supo dar a los estadounidenses lo que querían, lo cotidiano y mundano. A cambio, los críticos, lo convirtieron en leyenda.
La genialidad del artista no residía sólo en sus habilidades, sino también, en su forma de actuar… pero ¿Quién era el verdadero Andy? ¿Sus obras critican o ensalzan a la cultura americana?
Todos tenemos disfraces en el armario. Es la coraza ante los prejuicios. Si una mujer quiere parecer inteligente debe sacar esa insulsa blusa de botones con olor a naftalina y abrochársela hasta la nuez. No debe ir maquillada y jamás, jamás, resaltar sus atributos femeninos (no sea que alguien piense que la pobre sufre una lesión cerebral o es tonta perdida).
Somos una persona con nuestros familiares, otra con los amigos, una diferente en el trabajo y distinta cuando vemos a esa persona que tanto nos gusta… ¿No es agotador?
¿Por qué tenemos tanto miedo a ser nosotros mismos? ¿Seguimos juzgando a la persona por el disfraz?
Caemos irremediablemente en la tentación de la primera impresión… Todos lo hacemos, luego, todos lo sufrimos.
Por otro lado, muchas veces nos sentimos más cómodos llevando la máscara…  e incluso, a veces, aflora nuestro verdadero ser… y nos libera.
  ¿En qué quedamos?  ¿Eres lo que pareces o todo lo contrario?
ANDY WARHOL, 1964.
DÉCADA DE LOS SETENTA

6 comentarios:

  1. ¡¡Ay , nena¡¡ todos querríamos, tener una personalidad sofisticada, elegante , mundana y misteriosa, que a todo el mundo diera que hablar.Pero ....pese a quien le pese , lo que tenemos es la transparecia y la claridad de la vida cotidiana el único misterio en nuestras vidas, es cómo llegamos a fin de mes, sin morir en el intento, la única sofisticación es alguna que otra salida con las , también, transparentes amigas.Pero ahí seguimos, siempre adelante , echándole elegancia a la vida, sofisticación al trabajo y misterio a......

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  2. perdona somos sofisticadísimas! (qué palabro por favor) incluso comprando la sopa maggi y en números rojos!jajaja tu tranquila que por lo visto hay por ahí unos pequeños actores que nos van a sacer de este valle de lágrimas ¿no? tu presiona jajajaja

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  3. Marga gracias por comentar siempre! si algún dia me saco la loteria te monto un piso donde quieras!

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  4. No se porque extraña razón, hoy, leí un primer relato tuyo... y por la misma extraña razon ,he leído seis seguidos.... me encantan!!!! ya me enganchaste y ahora te seguiré ;)

    me gusta mucho lo que escribes
    un super beso campeona
    muaaaaka

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  5. ahhh y lo de la extraña razón, es que no entiendo porque no lo había leído antes... :(

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  6. Gracias pequeña!!! me das muchos ánimos...porque estoy un poco vaga ultimamente... ;))

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